Título: Una clínica iluminada a 3000 grados Kelvin.
En esta clínica, Laura buscaba diferenciarse de las clínicas de la competencia convirtiendo una experiencia estresante en una mucho más amable y confortable, confirmando como el interiorismo puede ayudar a mejorar sensiblemente la percepción de los espacios y de las situaciones que en ellos se crean. El tipo de material -en tonos naturales y poco tratados- junto con una iluminación cálida -con una reproducción cromática correcta- confieren al conjunto de la clínica un aspecto más armonioso y relajado, alejado de la frialdad característica de este tipo de espacios.